miércoles, 20 de enero de 1993

Enanos y epístolas VI - Clermont-Ferrand

¿Quieres conocer a Zessap-Iom Al Ellab?
La Vierge Marie m'aiguise es una de esas performances de contenido sexual explícito. Otras son Caín, Absenta, Nómadas, Relojes y El extranjero. Sus obsesiones, según el catalán Albert Diumenge, fueron fruto de hasta tres procesos neuróticos independientes que se entrelazaron el día que Bako moría de hambre, el mismo día que Rufus escupía sobre la cubierta del crucero.
Intentamos entrevistarle, pero sólo conseguimos monosílabos, citas célebres o divagaciones incomprensibles como “estaba convencido de comprender a los gatos hasta que llegó mamá gato y todo se fue a la mierda, lo que prueba que Dios se había ido a comprar una baguette”.
Personalidades como Jean-Jacques Marseille, Fromage Mépadpain y el Papa Juan Pablo II coincidieron, antes de morir a la vez, en que la argumentación anterior carece de sentido. Más tarde, cuando les preguntaron por Bako, hablaron de conceptos, tiritas y donaciones solidarias. No les dio tiempo a explicar aquello de la solidaridad.
Un cosquilleo de orgasmo y escalofríos tiernos y eróticos alrededor del ombligo. Sentimos eso, precisamente, porque parece una traducción. Así nos sentimos al leer las memorias de Al Ellab, esperamos que hayas tenido el placer de sentirte una traducción alguna vez en tu vida. Un par de fragmentos explosivos del capítulo Chatarra comprensible: “El asesinato es la manera más primitiva de hacer justicia, y por eso los estados y las empresas armamentísticas son buenas y justas desde una perspectiva primitiva, es decir, patriota. (...) Y si alguien osara colocarme un reloj de pulsera contra mi voluntad, le pegaría un tiro, le desnudaría, le untaría de mantequilla y le colocaría frambuesas por todo el cuerpo. Por eso jamás llevo un arma encima; si lo que llamamos realidad existe, no es aquí donde debemos preterir la metáfora.”
« Rufus a refusé de faire des déclarations » significa que Rufus, el niño burgués que odia a los burgueses y quiere vivir en la sierra, escupió al micro porque creía que éramos profesionales, o lo que es lo mismo, que trabajábamos para el mal.
Alguien, puede que el narrador escondido tras el plural, murió por no viajar a Clermont-Ferrand aquel verano. Fue otra muerte en vida de tantas otras. Pero es tanto el valor poético de aquella muerte, que la poesía debe inundar todos los campos fértiles de la liberación de enanos de jardín y la locura del no-gnomo. Sin cultura ni activismo, esta muerte habría muerto y ni el narrador se acordaría.
Sin normas, ni esquemas, ni matemáticas, Zessap-Iom Al Ellab es, para unos, una orgía de cucarachas en el rincón más sulfúrico de los suburbios, un grano en el culo, gran calamidad. Para otros, como Rufus y Bako, es un guía sin serlo, como los guías de La belle verte, que no son guías. Es suya la frase “no hay planeta libre sin escobas de paja”, pronunciada en el segundo sótano del primer local del Grupo Argonauta de Moluscos Patafísicos de Canillas de Río Tuerto (junto a los trigales).
Murió defenestrado en el XVI Congreso Internacional de Matemáticos en Niza, en 1970.

-Zessap-Iom (pudo haber sido)

Zessap-Iom Al Ellab

PD. Si eres policía y quieres entender, al menos, la mitad de esta carta, llénalo todo de gerundios, como en tus informes. Quizá te pueda ayudar en algo.
PD2. Ojalá te hicieran un pirsin cada vez que mientes.

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