miércoles, 30 de abril de 2003

Las fronteras de la RAE

SÓLO unos pocos geógrafos saben exactamente cuáles son las fronteras de la Ribera Alta del Ebro, no la comarca aragonesa, sino la vasta extensión que comprende ambas vertientes del curso alto del Ebro. Y, además, todos ellos se equivocan, porque ni siquiera la geografía legitima las fronteras. Son algo arbitrario y cambian según la percepción personal o enanil. Los enanos de la RAE son ribereños, altorribereños si queremos ser puntillosos, pero no son riojanos, navarros, vascos ni aragoneses. Y las fronteras de la Ribera cambian según el día. Nadie sabe por dónde aparecerán nuestros activistas el 1 de mayo, por ejemplo. Bueno, voy a hacerme un Michael con el tabaco de John Sinclair. Tan sólo quería aclarar esto de las fronteras mientras me emocionaba con Tony Casanova. Y antes os voy a contar algo sobre imbéciles consagrados. Ha vuelto la rabia. Ha vuelto el sentimiento de envidia enfermiza y de replantearse la vida. No os soporto y voláis en círculos. Creí que lo había superado, pero no. En círculos y de cerca, muy de cerca, de demasiado cerca y con la ternura hipócrita y sobreactuada de los pijos. En fin. Que mi cabeza no está bien. Y, aparte, alguien necesita un loquero que erosione esa fragilidad que se convierte en gestos inocentes de ternura. Para conseguirlo, como sé que no lo conseguiré sin volverme antes loco yo mismo, no hay otra que hablar más a menudo con las paredes. Me voy a fumar.

Cutters Choice Tobacco, miembro del FLEJ-Ribera Alta del Ebro.
Vella, 30-4-1959


Nadie nos dijo que las toallitas húmedas no se debían usar cuando el cielo se retuerce.
Nadie nos dijo que los tomates, esos bichos álgidos y amarillos como la vida misma, sustituyen las ansias de los mandos de televisión para agarrarse a tus muñecas.
Nadie, insisto, nadie es nadie y lo que nadie es nadie lo puede llegar a saber porque lo que nadie es ni es ni nadie, nadie.
Por eso, tuvimos que aferrarnos a lo que mejor sabíamos hacer. El porqué ya se lo explicamos hace unos días a las broncas. Es terrible. Terrible. La Ribera Alta del Ebro es a la vez visible e invisible. Más allá de nombres y bautizos. Es y no es y punto.
Nadie nos obligará a llamar Alagón a nuestra colonia jardín, por mucho que suene como una sinfonía de destornilladores. Nuestras fronteras las marcamos nosotros mismos en ambos márgenes del río, aunque nuestras raíces están en Mendavia y Lodosa.
Conseguimos la vida y, por esa razón, nos extendemos de rama en nube por toda la Península Ibérica. Sé un enano, amigo, sé un enano. Un gato.

Segismundo Froid en comparecencia extraordinaria

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